Durante este año, el Xeneize tuvo sus aspectos positivos y negativos. Lee más.


El 2019 ha sido un año que dejó bastante tela para cortar en Boca. Un año en el que solamente se dio una vuelta olímpica. Luego de un 2018 que finalizó con la caída en la final de la Copa Libertadores, llegó un periodo de renovación.

Primero con Nicolás Burdisso como director deportivo y luego, el arribo de Gustavo Alfaro. Con un cambio de aires, el Xeneize debía volver a tomar protagonismo en todas las competencias que se avecinaban, fiel a lo que marca la historia y durante estos 365 días se han dado varios aciertos como errores.

Justamente, uno de los aspectos más positivos fue la contratación del entrenador. Tras lo sucedido en 2018, la idea era traer alguien con un perfil muy lejano al club. Sumado a esto, debía contar con la experiencia suficiente para llevar tranquilidad al equipo y al hincha. Con una vara alta, Alfaro intentó con su metodología pero finalmente los resultados no le dieron lugar a un segundo año en Boca.


Otro hecho positivo fue la inserción de los juveniles en Primera. En un plantel renovado, el DT puso en cancha a jugadores de la cantera azul y oro. Si bien se dieron casos como Agustín Obando y Brandon Cortés que sumaron pocos minutos, se encuentran otros como Marcelo Weigandt quien ha peleado el puesto con Julio Buffarini y Nicolás Capaldo, quien se ha transformado en indiscutible.


Previo a la contratación de Alfaro, todos conocían de sus métodos y su forma de jugar. El entrenador apostaba a la fortaleza defensiva y pudo lograrlo en Boca. En gran parte de sus competencias no ha recibido muchos goles y pudo afianzar una zaga central, en la cual potenció a Carlos Izquierdoz y se complementó a la gran aparición de Lisandro López, una de las grandes figuras.

En cuanto a los aspectos negativos, uno de los más indiscutibles es el cambio posicional de determinados futbolistas. El juego fue una falencia en el 2019 y tanto Alexis Mac Allister como Emanuel Reynoso fueron algunos de los que sufrieron esto ya que en gran parte de sus partidos no estuvieron en su posición natural. Sumado a esto, el ejemplo más claro fue la posición que ocupó Franco Soldano ante River por Copa Libertadores.

El mercado de pases invernal ha sido otra de las falencias que derivaron en el fin de otros objetivos. Las partidas de Nahitan Nández y Darío Benedetto parecían difíciles de reemplazar y así fueron, principalmente en el lugar del ‘9’. Con las salidas de estos futbolistas, se dieron el arribo de otros pero que no han llegado a tapar el hueco que dejaron y lo han realizado en un nivel que no fue el esperado.


Además de la llegada de un nuevo DT, Boca debía ser protagonista en todas las competencias. Precisamente, durante todos estos torneos, Alfaro no apostó a un determinado once titular y por momentos se ha dado una rotación plena, desde el cambio constante en los nombres hasta las modificaciones tácticas provocando un gran desgaste.