El enganche explicó que no está peleado con Bianchi, agradeció a Boca y a su gente y le pegó a la dirigencia: “El equipo jugaba bien, la tribuna contenta y los lunes los escuchaba decir que iban a esperar hasta junio…”.

En diálogo con Fox Sports Radio Del Plata (AM 1030), Juan Román Riquelme analizó como hincha el futuro de Boca y deseó festejar a fin de año:

No creo que me extrañe. Tiene un buen equipo, un gran entrenador. Boca siempre es favorito porque es el club más grande del país. Esperemos que el domingo pueda jugar bien y ganar”.

“Yo siempre creo que le va a ir bien. Si arranca bien el torneo, lo va a terminar peleando. Ojalá que en diciembre nos den una alegría a todos los hinchas”.

Además, quedó contento por toda su carrera en el Xeneize:

“Yo tengo que estar contento por cómo salieron las cosas. Desde el comienzo hasta el final he defendido la camiseta de Boca de la mejor manera y nadie me ha regalado nada. Debo ser de los jugadores que menos le han regalado”.

“El día con Lanús fue raro. En el segundo tiempo sabía que todo lo que intentaba iba a salir bien. Incluso le erré a la pelota y le pasó entre las piernas a uno de los defensores. Creo que el último torneo he jugado muy bien y eso es algo muy importante”.

“Boca es muy importante en mi vida y yo creo que un poquito importante para el club también soy. Yo no sé si soy el máximo ídolo del club, sé que la gente me quiere. Me siento un afortunado por haber vivido momentos increíbles, por haber jugado con compañeros y equipos que me han hecho ganar un montón de cosas”.

Desmintió una pelea con Carlos Bianchi y llenó de elogios al entrenador:

“Durante 10 o 15 días se ha hablado mucho acerca de que yo me había enojado con el técnico. Nunca me voy a pelear con Bianchi. Es el mejor entrenador que yo tuve, me ha enseñado un montón y le estoy muy agradecido. Él lo sabe”.

Hizo hincapié en el desgaste que sufrió en el último tiempo con la renovación del contrato:

“Para mí era una situación rara, la tribuna contenta y escuchar los lunes a los dirigentes ‘vamos a esperar a junio’. El domingo el equipo volvía a jugar bien y se repetía la situación”.

“Nadie me defraudó, en Boca solamente tengo que agradecer. Pienso mucho y hablo mucho con mi familia. Yo nunca fui amigo de un dirigente, así que no esperaba nada de nadie”.

“El hincha es hincha y quieren que uno juegue toda la vida en ese lugar, pero he soportado demasiado. Tengo derecho a veces a decidir”.

Dijo que si aguantó tanto fue por el sentimiento que lo une con el club y la gente:

 “Yo entiendo que el hincha esté un poco dolido. La gente me ovaciona porque jugué bien, no por lo que había logrado. Lo pensé mucho y era momento de tomar esta decisión”.

El compromiso con la gente, el amor al club me hicieron pensarlo. Sino la decisión era muy fácil, y después del partido con Lanús decía que ese era mi último partido en Boca”.

“En casa me criaron muy fuerte y me han enseñado una manera de vivir en la cual trato de respetar al máximo y pueden decir lo que quieran que no me hacen nada. Por amor a la camiseta he tenido que soportar muchísimas cosas. Lo hice por el compromiso que tenía con el hincha y el club. Sentía que iban a la cancha a verme a mí, eso me ayudaba para dar siempre el máximo”.

Respondió también a aquellas acusaciones que lo responsabilizaban de problemas de vestuario:

“Estoy un poco loco, no… pero para jugar con la camiseta de Boca hay que estar un poco loco. Podían decir lo que quieran de lunes a sábados, pero confiaba que el domingo iba a ser el mejor y los diez que elegía el entrenador eran mi familia”.

“Nunca dijeron que llegué tarde, que no fui a concentrar, que me hice el lesionado para no llegar. Fui un profesional con la camiseta de Boca, después se dicen un montón de cosas. Si el portero de Boca se agarra la mano con la reja, ¿la culpa es de Riquelme? Nooo…”.

Comentó la posibilidad de un regreso en otro puesto y su última espina:

La única manera que puedo llegar a volver es si quiero ser presidente. De otra cosa no puedo volver. Con Boca cumplí todos los sueños que tenía, no me quedó nada por ganar. Para muchos, ganar la Copa Libertadores una vez sola, es un milagro, a mí mis compañeros me la hicieron ganar 3 veces”.

“Lo único que me faltó fue no perder el último clásico. No había perdido nunca como local”.

Sobre el cierre, opinó como hincha de la sucesión de la capitanía y dijo que su relación con el club se mantendrá eternamente:

“La explicación de por qué le dio la cinta al Cata la tiene quedar el técnico. Para mí como hincha, Cata y Ledesma lo han ganado todo. Mañana van a escuchar a 2 o 3 tarados que comenten que dije eso porque son amigos míos…”.

Soy socio y lo seré de por vida, pero devolví el palco. No voy a ir para hacer putear a alguien”

La 10 de Boca va a ser mía toda la vida. Siento que cuando alguien la usa se la estoy prestando. Si soy presidente se la voy a dar al 10 que yo elige”.