Fernando Gago puede volver a ver acción ante Olimpia de cara a lo que queda del año.

Levantarse o caerse. Esa es la cuestión que envolvió la vida del crack boquense en los últimos seis meses.

Sufrir dos lesiones en tan poco tiempo y, encima, en el mismo lugar no es cosa de todos los días. Y menos si se trata de la rotura del tendón de Aquiles, dolor insoportable si los hay, el cual se rompe sin fricción alguna y de manera inesperada. Esto le ocurrió a Fernando Gago el último año de su carrera y frente a River Plate ambas veces. Si esto no es pura coincidencia, díganme como quieren calificarlo.

Volver de una seria lesión no es para cualquiera. Es para los valientes y mentalmente fuertes. Este es el presente del exfutbolista del Real Madrid, quien padeció un sinfín de contrapuestos físicos a lo largo de su rica y extensa trayectoria profesional en Argentina y Europa, más la Selección Argentina.

Puntualizando en el tema retorno a las canchas, Guillermo Barros Schelotto piensa a Gago en su posición natural, de volante central acompañado de otro con más quite. “Pintita” reúne dicha cualidad pero le agrega visión de juego, pase preciso al pie y sacrificio para ocupar bien los espacios ante los ataques contrarios.

Cada vez que el exValencia se puso la camiseta auriazul, no le pesó en lo absoluto y rindió casi siempre de manera acorde a lo que la historia de Boca demanda. Pocos son los futbolistas que son considerados imprescindibles en un esquema o que pueden variar uno estando o no en cancha. Bueno, Gago es uno de ellos.

La pregunta que se viste de título de la nota en cuestión es la que se hace todo hincha de Boca y el cuerpo técnico del equipo Xeneize. Esa será la cuestión a resolver a partir de ahora por parte de los mellizos si quieren recuperar a un jugador que le da un salto de calidad al equipo y le aporta liderazgo para volver a ser un club con una identidad de juego que, hasta el momento, no se sabe cuál es y, en caso de que exista, cómo mejorarla a partir de la inclusión de Fernando. Olimpia sería la primera prueba para que ese aspecto comience a dar frutos y, en temporada oficial, Sarmiento de Junín es el puntapié inicial para el renacer de un crack del semillero. ¡Que empiece la función!