El volante, de gran pretemporada, convirtió un gol y fue la figura del Valencia, en el triunfo por 2 a 1 ante Olympiacos, por el Trofeo Naranja.
Años atrás, Éver Banega figuraba en los medios españoles por cuestiones extra futbolísticas: una foto suya con la camiseta del Real Madrid, un faltazo al entrenamiento y la insólita lesión que tuvo tras ser aplastado por su propio auto.
Sin embargo, el presente del mediocampista es totalmente distinto. Afianzado en el equipo titular, siendo uno de los ejes del mismo, recibe elogios de propios y ajenos. A su calidad técnica, le está sumando una cuota goleadora. La semana pasada, ante Inter, había convertido una verdadera joya y ayer repitió frente a Olympiacos.
Mestalla, el estadio del Valencia, se vistió de gala para la 42º edición del Trofeo Naranja y encontró en Banega a la estrella de la noche, quien con gol incluido hizo delirar a la afición.
“Me siento muy cómodo, con la confianza del entrenador y de mis compañeros. Voy a seguir de la misma manera, tratando de hacer lo mejor para el equipo”, expresó el rosarino una vez finalizado el partido.
El gol de Éver
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