Boca no juega bien.

Boca no está jugando bien. Analizamos el rendimiento del equipo de Guillermo. ¿Qué es lo que falta?

Desde el triunfo con Arsenal, Boca se vino a pique en cuanto al rendimiento. Ya no genera tantas situaciones, dejó de ser agresivo y perdió velocidad. ¿Qué pasó?

Ese flojo rendimiento se reflejó en los resultados. Empató sin goles ante Estudiantes. Perdió feo con River en La Bombonera. Le ganó a Newell’s con una jugada individual de Benedetto y lo mismo iba a hacer ante Huracán pero el penal sobre el cierre lo impidió.

Cinco motivos de este mal momento:

1) Barrios y una titularidad tardía. El colombiano se ganó el puesto desde que empezó a jugar. Aunque fueron pocos minutos, se notó la diferencia de intensidad y sobre todo de actitud con respecto a los que le peleaban el puesto y se lo estaban ganando de momento. El presente de Wilmar pone en evidencia a Guillermo: era antes.

2) La ausencia de Centurión. Quitando su situación personal grave y sólo hablando de fútbol, Boca sintió la pérdida del número 10. Era la principal carta de ataque y la garantía de desequilibrio. Hoy no hay nadie que pueda hacer su trabajo.

3) No hay un generador de juego. Gago se está desempeñando como número cinco y así no puede ser armador. Está más cerca de la medialuna de Boca que de la rival. Pablo Pérez cada vez entra menos en juego. Bentancur ya no está. Y Guillermo no pone a Maroni.

4) Dudas y cambios defensivos. El flojo nivel de Vergini y de Insaurralde, que encima se lesionó, pusieron a la zaga central en el centro de la polémica. Guillermo cambió: Tobio ingresó muy bien y Magallán también. Sin embargo, la jugada final ante Huracán volvió a mostrar dudas: nadie marcó a Montenegro en la jugada del penal.

5) Nadie acompaña a Benedetto. Darío la está rompiendo: hace goles de todos los colores y siempre aparece en los momentos difíciles. Sin embargo, luce muy sólo. El momento de Pavón no es bueno y Bou casi no ingresa.