Boca ganaba por un gol de Araujo, lo empató López y a quince del final apareció Palermo para darle el triunfo al Xeneize, que volvió a ganar luego de tres encuentros.

El comienzo de la primera parte fue de ida y vuelta, con una buen remate de media distancia de Cristian Chávez para Boca que Cristian Campestrini desvió al córner. Aunque un rato antes, a los tres minutos, se encendió la alarma para el fondo Xeneize que no dio demasiada seguridad, en especial por la derecha donde Christian Cellay no estuvo firme. Precisamente desde ese costado cayó un centro al área, dos jugadores de Arsenal se metieron entre los hombres de azul y amarillo y Mauro Obolo convirtió. Para suerte boquense el atacante estaba adelantado.

Pasada esa ráfaga el encuentro transcurrió sin demasiadas chances, pero con el equipo visitante que imponía su idea en la Bombonera. Apostaba a salidas en velocidad con sus veloces delanteros y no dejaba espacios atrás. Una vez cruzada la mitad de la cancha, Boca no sabía qué hacer para encontrar los espacios.

Cerca de los 20 minutos, Lucas Viatri recibió un golpe, quedó muy dolorido y tuvo que ser reemplazado. En su lugar ingresó el joven Sergio Araujo. Sobre los 25, falló en la salida Arsenal, el pibe la robó y definió de manera exquisita e inatajable para Campestrini. Era el 1-0.

Desde entonces Boca ganó en confianza y los dirigidos por Gustavo Alfaro, al contrario, se vieron sorprendidos. Los últimos 20 fueron favorables al elenco de la Ribera, que se mostró preciso en los pases y encontró huecos por donde generar ocasiones. Matías Giménez, Gary Medel y otra vez Araujo, que le dio más dinamismo y velocidad al ataque del dueño de casa, tuvieron sus posibilidades sin éxito alguno.

Nada estaba definido y eso se vio rápido. Porque Boca, que se había perdido una chance clara por intermedio de Chávez, a los tres minutos pagó caro uno de sus muchos errores defensivos. Salió un tiro libre en forma de centro, Lisandro López saltó mucho más que Cellay y empató el partido.

Desde entonces el encuentro se hizo de ida y vuelta, porque Arsenal no recuperó el orden del arranque de la parte inicial y eso le permitió al Xeneize tener huecos por donde colarse, y porque los comandados tácticamente por Roberto Pompei tuvieron buen desempeño de mitad de cancha para arriba pero fueron todo lo contrario de mitad de cancha hacia atrás.

Sobre todo con las enormes dudas en las pelotas que venían por arriba que tenía la última línea local el cuadro del Viaducto generó sus ocasiones, en tanto que Boca lo hizo por la movilidad de Cristian Chávez y Araujo o por algún remate de media distancia.

A los 30 minutos, Boca atacó por la izquierda, la pelota cayó al área, Campestrini no pudo controlarla y Martín Palermo, con el arco a su merced, convirtió el 2-1 que le sirvió al equipo para sumar de a tres una vez más y a él para quedar a un tanto de la cima en la tabla de goleadores.

Aunque, claro, para saberse ganadores hubo que sufrir. Enseguida después del tanto Luciano Leguizamón estrelló un balón en el palo y después Gonzalo Choy tiró el balón desviado.

Pero el sufrimiento no fue en vano, porque Boca volvió a ganar tras tres encuentros en los que además no había convertido. Por el honor y nada más, pero son tres puntos.