Tras dos años de malos rendimientos, el enganche de Boca sabe que tiene una deuda pendiente con su gente y que en éste campeonato deberá levantar su nivel.

Para Juan Román Riquelme éste año y éste campeonato no serán algo más en su carrera. Los hinchas, el periodismo, sus propios compañeros, el cuerpo técnico y hasta él mismo saben que su rendimiento dentro de la cancha en la última temporada fue realmente malo. Ya sea por las lesiones que lo tuvieron a mal traer, el bajo nivel colectivo de todo el equipo o los errores que hayan cometido los respectivos directores técnicos, el 10 tiene una deuda pendiente con el Mundo Boca y tendrá en éste Clausura la obligación de mejorar su imagen.

En 2010 el enganche apareció en todas las radios para opinar sobre el nivel de sus compañeros, su regreso a la Selección, la negociación de su contrato, el técnico que debía venir a dirigir al equipo, pero nunca tuvo esa presencia en el campo de juego. Tras el campeonato obtenido a fines de 2008 su nivel nunca volvió a ser el mismo, tuvo ráfagas de buen nivel en algunos partidos pero no se trataba del Román que cautivó a los hinchas de Boca.

En el Clausura 2010 jugó 16 partidos, tuvo un nivel bajísimo, marcó apenas dos goles y no pudo salvar al equipo de derrotas muy fuertes como las goleadas de Newell’s (2-4), Chacarita (1-4) y Tigre(0-3), o la caída en el clásico ante Racing, donde el mismo Riquelme declaró que haber perdido así le daba “vergüenza”. Un rendimiento claramente inferior al del Apertura 2008 en el que disputó la misma cantidad de encuentros, tuvo más influencia en el equipo y anotó cinco goles.

Lo hecho en el último Apertura fue todavía peor, ya que por lesión estuvo ausente prácticamente en todo el torneo, hubo una gran expectativa por su retorno pero apenas duró un partido y medio tiempo en el Superclásico.

Hoy su equipo lo extraña y lo necesita más que nunca. Será su deber demostrarle a su gente que los 15 millones invertidos en su regreso del Villarreal no fueron en vano.