Con la cabeza agacha.

Argentinos Juniors 2-0 Boca. Flojo rendimiento del Xeneize en Paternal: ¿preocupa?

La derrota en La Paternal encendió nuevamente las alarmas. No por el resultado, ya que la diferencia en la tabla sigue siendo considerable, sino por la falta de inteligencia que nuevamente amenaza a los verdaderos objetivos del equipo. Los triunfos y las rachas entusiasman, es cierto, pero el rendimiento y las determinaciones que se toman -dentro y fuera de la cancha- dan muestras de una fragilidad que se repite desde hace algunos años y que no parece encaminarse a una pronta solución.

El calendario y los resultados de los perseguidores incluso le permitían especular con la manera de encarar los próximos compromisos: lo más coherente era utilizar lo mejor frente Argentinos(tenía la chance de sacar una distancia de 11), preservar a todos el sábado ante Tigre y tenerlos en óptimas condiciones para la Supercopa Argentina. Sin embargo, esta flojísima actuación abrió el interrogante sobre si varios de estos jugadores merecen una nueva oportunidad con tan solo cinco días de diferencia.

La zaga central tuvo un nivel que no se justifica ni siquiera con la ausencia de Barrios, fundamental e irremplazable en este equipo. Tanto Buffarini como Mas, en teoría los recambios de jerarquía, se contagiaron de sus compañeros. Lo de Sebastián Pérez fue muy pobre, prácticamente perdido en la cancha. Y lo demostrado hasta aquí por Reynoso es mucho menos de lo que se esperaba. Las intenciones de Nández quedaron solamente en eso, mientras que el trío de ataque también terminó en deuda.

¿Por qué no jugó Tevez? Pocos sabrán la verdad, pero si lo había hecho en Lima cuesta entender que no haya estado presente en el Diego Armando Maradona. Evitar el clima hostil con el que amenazaban los hinchas de Argentinos parece poco para un futbolista profesional de sus características. En esta oportunidad hubo un número nueve bien definido, como lo fue Wanchope, aunque tampoco pesó en el área. Claro que le faltó abastecimiento, porque a Pavón no le salió una y Cardona estuvo errático.

Con el ingreso de Pablo Pérez rápidamente se vio algo diferente y su regreso sin dudas es una buena noticia, pero para que su aporte realmente sea beneficioso debe mostrar que extrañó más a la pelota que a sus locuras. La vehemencia en la entrada que le costó la amonestación y la posterior reacción deben quedar de una vez por todas en el pasado. Ya se pagó un costo caro por sus irresponsabilidades. Es una pieza fundamental y seguramente se potencie cuando reaparezcan Gago y Benedetto.

En una cancha que pide un estilo particular, Boca salió a jugar el partido equivocado. Allí también evidenció falta de inteligencia. Esa que tuvo Argentinos, que lo presionó y  aprovechó sus falencias. Los tres codazos a Cardona quedarán para la anécdota. Lo que no se puede negar es que este plantel no tiene dos equipos y que muchos suplentes están a un abismo de los titulares. Los 449 días en lo más alto y la diferencia de ocho puntos son valorables, pero para llegar lejos necesitará adoptar otro carácter.