En lo que va del campeonato el equipo de Claudio Borghi no ganó ningún clásico de los que jugó, perdió ante Racing y San Lorenzo y ahora igualó ante Independiente. Le queda uno que tiene que ganar sí o sí.

El Apertura definitivamente no es un buen campeonato para Boca, ya sea por la cantidad de jugadores nuevos, el cambio de esquema o las internas, nunca encontró su juego. No pudo ganar partidos ante rivales débiles como All Boys o Lanús y le cuesta mucho hacerse fuerte en su cancha. Un claro ejemplo de lo lejos que está de pelear es la falta de triunfos en clásicos: perdió con Racing y San Lorenzo y hoy no pudo vencer a Independiente.

Los números son la mejor manera de gráficar la irregular campaña de un equipo que de los doce partidos que jugó ganó cinco, de los cuales cuatro fueron ante equipos que no presentaron muchas dificultades como Olimpo, Huracán, Tigre y Colón de Santa Fe y sólo se puede rescatar el triunfo con Vélez como una victoria importante. Por otro lado cuando se enfrento a equipos de mayor nombre como (San Lorenzo, Racing y Estudiantes) o nivel de juego (como All Boys y Lanús) perdió sin atenuantes.

En cuanto a los clásicos el rendimiento fue pobrísimo, en la segunda fecha empezó ganando 1 a 0 ante Racing y luego el equipo se cayó nunca se pudo recuperar y terminó perdiendo ante un equipo que hoy ocupa la décima posición en el campeonato y se encuentra en la lucha para salvarse de la promoción. En el choque ante San Lorenzo en la Bombonera, mismo escenario que para el duelo con la Academia, el equipo de Borghi dejó una imagen todavía más pobre ya que fue superado ampliamente por su rival y nunca tuvo chances de ganar.

Hoy tenía una nueva oportunidad de cambiar las cosas, pero la historia siguió igual. Se enfrentaba ante uno de los equipos que peor presente tiene en el Apertura, ya se quedó sin DT (Garnero se fue en la octava fecha) y solamente ganó dos partidos. Su puesto en la tabla es el 17° y su diferencia de gol es -10. Sin embargo un Boca sin ideas, sin claridad, sin fútbol nunca puso en peligro el arco defendido por Hilario Navarro y los hinchas debieron irse de un clásico con las esperanzas rotas nuevamente.

Ahora queda un solo clásico, el más importante de todos, el que no se puede perder. Sin dudas no define el futuro de Borghi, pero será muy importante ganar para que el buen clima con la gente siga estable.