Cristian Erbes tuvo la responsabilidad de reemplazar a Sebastián Battaglia y redondeó una muy buena labor ante Newell´s. Poco a poco, el juvenil se va afianzando en Primera.

Tranquilamente, su desempeño puede pasar desapercibido si vemos un resumen del partido. No es de los que elaboran una jugada magistral, ni de los que dan el pase final, ni siquiera entretiene a la pelota en sus pies. Corre, presiona, hace sentir el rigor, las pelea todas. Recupera la pelota y toca.

El “Pichi” jugó veintiséis partidos oficiales con la camiseta azul y oro y ya gritó un gol, pero todavía no pudo lograr cierta continuidad entre los titulares. Claro está que en su puesto hay jugadores de calidad, como Gary Medel y su ídolo, Sebastián Battaglia.

A su vez, en los últimos tiempos Boca trajo a varios jugadores en esa posición (Ariel Rosada, Sebastián Prediger y Jesús Méndez) y no apostó al rodaje de los pibes de las inferiores.

Igualmente, Cristian Erbes no se desespera y aprovecha sus chances, como este domingo ante Newell´s. Se lo vio muy concentrado y atento a la hora de seguir a los rivales como un perro de presa y quizás fue por ello que Formica no pudo ser la manija del conjunto rosarino.

El volante central mostró un buen nivel en ambos tiempos y, en el complemento, evitó una ocasión clara de gol al paraguayo Marcelo Estigarribia, cuando el partido todavía estaba 0-0.

Siempre que la pelota pasó por él, se encargó de entregarla redonda y los principales receptores de sus pases fueron Cristian Chávez y el chileno Gary Medel.

A falta de doce minutos para el cierre, el “Pichi” dejó el campo de juego y en su lugar ingresó Jesús Méndez. Seguramente el desgaste realizado por el juvenil, sumado a las altas temperaturas, hicieron que Roberto Pompei se incline por un jugador fresco para encarar la recta final del encuentro.

La derrota opacó el partido inteligente que había planteado Boca, pero no por ello hay que menospreciar el trabajo del mediocampista. Aunque su sencillez lo haga pasar casi desapercibido, realizó un gran encuentro y vale la pena remarcarlo.

Con sus 20 años, Erbes comienza a afianzarse a fuego lento en la Primera, tal como alguna vez lo hizo su ídolo, Battaglia, hoy un símbolo de la institución Xeneize.

Trabaja en silencio, como la hormiga más laburadora. A base de esfuerzo, el “Pichi” quiere ganarse el corazón del hincha de Boca.