En el empate ante Independiente en Avellaneda, el guardameta tuvo una gran actuación y evitó que la valla del Xeneize no cayera en más de una oportunidad. El arquero suplente de Boca muestra cada vez más carácter y personalidad para ser titular. Este domingo, con el equipo alternativo que paró el Vasco ante Independiente para preservar lo mejor para la Libertadores, el ex Rafaela volvió a cumplir como en todas sus apariciones en el arco Xeneize. Otra vez Guillermo Sara. Como en el 5-0 en Mendoza, el 5-1 en Venezuela ante Zamora, como en los reemplazos a Agustín Orion por expulsión y sus siguientes partidos ausentado por sanción. Guillermo llegó a la Ribera y rápidamente se llevó el respeto y respaldo de la multitud que notó el compromiso y la capacidad del arquero. Desde Avellaneda, después de tres semanas sin jugar, el devenido del Betis español volvió a adueñarse de los tres palos. Y, nuevamente, estuvo a la altura de la camiseta y de un clásico de visitante, que tuvo en él la culpabilidad de haber rescatado un punto. Aunque, las llegadas del “Rojo” no fueron del todo contundentes, disminuídas tanto por el buen posicionamiento de Sara como de la baja puntería del local. Ni los pocos tiros olímpicos de Mancuello que caían con peligro fueron un escollo para el arquero Xeneize. Pese al gol de Albertengo, donde el delantero fue quien se adelantó a la jugada y rompió la defensa para quedar mano a mano y con ventaja de espacios ante Sara, el arquero retuvo, minutos posteriores, un cabezazo peinado por Tagliafico estirándose con un salto brutal que hasta evitó el rebote. En el complemento, otras dos situaciones que salvó el #31 le dieron respiro y vida a Boca para no sentenciar el partido. Un centro desde la izquierda de Mancuello que encontró la cabeza anticipada del goleador de Independiente que mandó la pelota a abajo, en una esquina, para que Guillermo vuelve y la mande al córner. Y en el final, con los siete minutos añadidos y la reciente expulsión del capitán del Rojo, Victorino engancha una pelota perdida en el área chica y la explota con olor a gol agónico, pero Sara se agigantó y sacó su pecho para demostrar que el partido no iba a terminar en nueva derrota. Para demostrar su nivel en una semana agitada para el Xeneize, en un clásico, de visitante y en minutos difíciles. Guillermo Sara sigue mostrando calidad, seguridad y confianza. Es la alternativa ideal (y hasta quizá pueda ser la primera opción) de un Boca que, en campañas anteriores, sufría si el titular no podría estar desde el arranque. Hoy más que nunca, Arruabarrena y el club tienen dos arqueros de primer nivel. Siempre responsables de salvar al Xeneize cuando el rival se aproxima al gol; esta vez le tocó a Sara, con S de salvador.]]>