Pavón junto a Messi en Rusia.

Pese a la temprana eliminación de Argentina, el Mundial le sirvió a Pavón para mostrar su calidad en el más alto nivel. Analizamos su rendimiento.

Hace cuatro años, Boca apostó por Cristian Pavón. Se lo compró a Talleres de Córdoba y lo cedió a Colón. Luego lo incorporó al plantel profesional.

Le costó un tiempo adaptarse pero rápidamente mostró su potencial. Fue parte de buenos planteles como suplente e ingresando en el segundo tiempo. Hasta que le tocó ser protagonista.

Desde su llegada, Guillermo lo tuvo todo el tiempo como uno de sus delanteros principales. Fue ganando confianza, metió goles y en 2017 terminó de explotar: fue clave para el bicampeonato de Boca.

Cuatro años después de aquella compra, Pavón se ganó con total justicia su lugar en el Mundial de Rusia. Entró en el segundo tiempo ante Islandia, cuando las papas quemaban, y fue uno de los mejores del equipo. Lo mismo le pasó con Croacia.

Ante Nigeria pintaba para titular pero finalmente volvió a tener minutos en el complemento. Y por fin se ganó un lugar en los once ante Francia. El paso de “Kichan” por Rusia es más que positivo, independientemente del rendimiento de la Selección en el Mundial: fue un salto de calidad para un jugador que todavía tiene mucho para dar.

El compromiso está hecho: se quedará en Boca hasta fin de año. El Xeneize lo espera para la Copa y sueña con poder ganar la séptima. Su aporte será fundamental.