Boca cantó victoria por primera vez en la Copa Libertadores 2012: fue 1-2 ante Arsenal, en el Viaducto. Los tantos los convirtieron Mouche y Ledesma, que dieron vuelta la historia, luego del autogol de Clemente Rodríguez.

Se jugaba gran parte de la clasificación a la próxima ronda Boca. Y Arsenal debía sumar para seguir firme. Con muchas motivaciones desde ambos lados, el Xeneize visitó el Viaducto, en un partido que era importantísimo para los dirigidos por Julio César Falcioni. Fue victoria por 1-2 para ubicarse en el segundo lugar del grupo 4.

El arranque de la primera parte reflejó este clima de tensión: ambos equipos se mostraron imprecisos. Muchos pases errados y repetidos roces. Ese desorden del partido también se vio en la defensa Xeneize y rápidamente se puso en evidencia en el marcador: a los 9 minutos, Clemente Rodríguez metió en contra de su propia valla un centro complicado que llegó tras un ataque de Arsenal. El local se ponía en ventaja rápidamente y casi sin generar situaciones. Boca otra vez tenía las cosas complicadas.

El resultado a favor hizo que Arsenal se mostrara conforme y de más espacios a Boca, que creció pero no lo suficiente. Aún así, luego de varios minutos en los que le costó tener dominio, encontró la primera jugada profunda del partido: Riquelme asistió a Silva (en posición adelantada), quien alcanzó a cabecear una pelota que pudo quedarse Mouche, y el delantero surgido del club pudo convertir de derecha tras el rebote que dio Campestrini. El Xeneize empataba el partido y se iba al descanso con esperanzas de dar vuelta la historia.

La clave para lograrlo fue el ingreso de Pablo Ledesma. A los 18 del complemento, el volante, que llegó como refuerzo este semestre, entró en lugar de Diego Rivero y cuatro minutos después le dio la victoria al conjunto azul y oro: después de una gran combinación con Riquelme, Clemente tiró un centro al punto del penal y, tras una gran diagonal, el mediocampista cordobés convirtió el gol definitivo.

Arsenal poco pudo hacer para cambiar la historia. Solo Leguizamón tuvo en sus pies la chance de empatar el partido, tras un descuido defensivo en una pelota parada en contra, pero no pudo. Poco a poco Boca fue dándole el cierre al partido y hasta pudo incrementar la diferencia sobre el final, con una jugada que armó Silva y definió Chávez (ingresó en lugar de Mouche) a las manos del arquero rival. Victoria importantísima del equipo de Falcioni como visitante, que lo deja segundo en el grupo con cuatro puntos, a cinco de Fluminense, el líder.