El Xeneize venció a Vélez en La Bombonera por 3-1. Mejoró ampliamente su nivel y fue superior al líder del torneo. Arruabarrena arrancó con el pie derecho.

El Xeneize tuvo un arranque demoledor. Salió con todo a buscar el partido: a los dos minutos, Marcelo Meli probó desde afuera del área y su disparo pasó muy cerca del travesaño.

La intensidad siguió: en la jugada siguiente, un pelotazo dejó a Jonathan Calleri mano a mano con Sebastián Sosa, quien pasó de largo. Solo con el arco pero lejos y sin perfil, el delantero se acomodó e intentó meterla, pero Facundo Cardozo la sacó en la línea.

Luego de esos minutos de peligro, el juego se tranquilizó. Vélez empezó a tener la pelota y hubo una dura disputa en la mitad de la cancha. Nicolás Colazo intentó con un remate de lejos que Sosa salvó con total tranquilidad.

Sobre el final de la primera parte, llegó un nuevo baldazo de agua fría: Jorge Correa recibió la pelota en la zona izquierda y de un zurdazo la colgó del ángulo. Así, la visita se ponía en ventaja en su primera chance clara.

El conjunto azul y oro salió al complemento decidido a empatar el resultado. El hincha empezaba a presionar con cantitos. Fernando Gago probó desde lejos y casi iguala el partido: el disparo se fue apenas arriba.

Parecía que costaba, pero apareció el “Cata”: Daniel Díaz se movió inteligentemente en un corner a favor, se desligó de su marca y cabeceó en soledad para poner las cosas 1-1. La esperanza resurgía para Boca.

El gol le dio confianza al equipo de Arruabarrena, que salió con todo: en la jugada siguiente, Sosa le tapó el segundo a Calleri. La Bombonera explotaba.

Y así llegó: cayó un centro al área que el arquero no supo despejar, y a los 17 minutos apareció Marcelo Meli para capturar el rebote y darle la victoria parcial al Xeneize, para que el estadio se venga abajo.

Los jugadores empezaron a sentir el cansancio y por eso el “Vasco” metió cambios: Chávez, Castellani y Gigliotti reemplazaron a Acosta, Meli y Calleri, respectivamente. Justamente el exGodoy Cruz encendió la alarma: fue expulsado por una fuerte entrada a un rival y le puso suspenso al final.

Todo se terminó en un contragolpe: Gigliotti controló el avance y asistió a Chávez, para que el delantero liquide la historia con um fuertísimo disparo. Boca ganó, jugó bien y fue superior al líder del torneo. Arruabarrena y la gente, felices.