Gary Medel convirtió su cuarto gol con la camiseta de Boca y tuvo su retribución después de tanto luchar en el mediocampo. PBJ analiza el creciente rendimiento del volante xeneize.

Godoy Cruz, Arsenal y Gimnasia de La Plata, habían sido víctimas de los tantos del chileno. Ayer fue el turno de Lanús. Tras una pared con Gabriel Paletta, definió cruzado ante Marchesín para abrir el marcador en La Bombonera.

Después de haber tenido un bajón futbolístico al igual que el resto del plantel, Medel está recuperando su nivel con actuaciones realmente muy buenas. La noche de ayer, lluviosa, con cancha pesada, no fue la excepción.

El volante central fue el rey del mediocampo y, desde el primer minuto, presionó en todos los sectores del campo. Siempre se mostró bien ubicado y con la capacidad de relevar a sus compañeros cuando estos se volcaron al ataque (con Ibarra se vio varias veces).

En este Boca de Alves donde la entrega está como bandera de guerra, Medel es el comandante. Jugador temperamental como pocos, impone con el simple hecho de su presencia.

La voluntad y la garra que pone en cada acción de juego sirve de contagio para sus compañeros de la mitad de la cancha, como el caso del juvenil Erbes, de gran labor en este compromiso. Había que ver al chileno tirarse enérgicamente en el minuto 90 como si fuera la primera pelota del encuentro, cuando en realidad el partido ya estaba definido.

Hoy, hasta se escucharon unos tibios cánticos para el volante. “Chileeeeno, chileeeeno”, era el grito de guerra. El hincha de Boca se siente representado con el “trabe, meta y corra” y Gary es uno de los exponentes de este movimiento.

Sacrificio, sacrificio, no te preocupes nena, está noche juega Medel…