El pibe de 17 años mostró toda su admiración por el diez Xeneize y se sintió orgulloso de que la gente lo compare con él. “Creo que Román hay uno sólo, yo no soy el sucesor de nadie“, tiró.

Él es el futuro. Todos tienen sus miradas en este muchacho. Muchos piensan que cuando no haya más Juan Román Riquelme, su nombre será el del sucesor del diez. Leandro Paredes, pibe de tan sólo 17 años de edad que hoy se destaca en la Reserva, fue entrevistado por el Diario Olé y en su charla expresó toda su admiración por el actual capitán del equipo dirigido por Julio César Falcioni.

Sobre Riquelme, puntualmente, sólo tuvo flores y mostró su felicidad por poder jugar junto a él, compartir momentos y, además, que muchos lo comparen con el diez:

“Es algo increíble, hermoso. Que me comparen con él es un orgullo. Me cuesta hablar de mí, por eso no sé si realmente me parezco en algo, aunque todos lo digan”.

“Intento copiarlo siempre. Lo miro mucho, a veces me quedo en el club especialmente a observarlo. Igual que como siempre observé a Zidane. Román es mi modelo a seguir“.

“Creo que Román hay uno sólo, yo no soy el sucesor de nadie. Soy sólo otro chico que puede llegar a jugar como él“.

Por otro lado, Paredes se refirió al amistoso del último fin de semana, en el que Boca enfrentó a Estudiantes en Catamarca, el mismo en el que él tuvo algunos minutos para mostrarse:

“Fue muy bueno, muy positivo. Me sirvió para demostrar lo que puedo hacer“.

En cuanto a otros aspectos futbolísticos, le agradeció a Claudio Borghi, quien fue el técnico que le dio la confianza e hizo debutar en Primera en noviembre del año pasado:

“Hoy le agradezco por la confianza que me dio. Fue algo inolvidable, imaginate que tenía 16 años, jugando al lado de Palermo, de Román… Increíble”.

Por último, el nacido en San Justo, Buenos Aires, fue más allá y se describió como persona:

“Leandro Paredes es un chico tranquilo, que trata de hacer las cosas siempre bien pensando en la familia, que es lo más importante que tiene. Que es la que está en las buenas y en la malas, donde hay poca gente”.