El volante sabe que el número de la camiseta quedó vacante con la ida de Riquelme, y se imagina llevándolo en la espalda: “sería lindo, pero decide el técnico”.

Riquelme dejó un hueco importante en el equipo, pero también dejó un número libre. El 10. Esa camiseta que siempre pesa, pero más cuando es azul y oro. Y esa es con la que sueña Leandro Paredes. El juvenil, en diálogo con Olé, admitió que le gustaría llevar el número de su ídolo.

“Yo sé que tengo que hacer las cosas bien para ganarme un lugar. De chiquito que sueño con ser el 10 de Boca, pero lo más importante es mantener los pies sobre la tierra. El número de camiseta sería lindo, pero yo soy chico y esas son cosas que las decide el técnico”.

El volante contó que tuvo una charla con el entrenador, Carlos Bianchi. Y que agradece por la chance de seguir sumando partidos en la Primera División Xeneize.

Bianchi me avisó que me va a usar de enganche, como lo hice siempre en Inferiores. Y que estuviera tranquilo”.

“Es lindo que nos tengan en cuenta y que nos den oportunidades a los chicos del club, aunque ésas son cosas que manejan los dirigentes. Nunca sentí presión por jugar, es un orgullo vestir esta camiseta”.

Paredes se refleja en Riquelme e intenta adaptar algunas de sus características. Y, claro, sueña con ser coreado por la hinchada, como el 10. El viejo 10, porque él quiere ser el nuevo.

Román es único, el más grande. Siempre me gustó mirarlo, tratar de copiarlo, cómo maneja el equipo. Es el referente que tengo. Siempre me dice que trate de disfrutar, que adentro de la cancha me divierta”.

“Lo de la gente de Boca es espectacular, te hace sentir el cariño en todos lados. Ojalá que alguna vez me ovacionen”.