Complicado.

Todo el análisis de la derrota de Boca ante Palmeiras. ¿Coincidís?

La derrota frente a Palmeiras es una muestra más de lo que muchas veces se intenta explicar sobre las falencias de Boca para pelear por los objetivos más importantes. Como los resultados globales suelen ser positivos, la crítica parece exagerada y es desestimada. El exitismo que provocan los triunfos distorsiona la realidad e impide que se corrijan los errores que tarde o temprano vuelven a salir a la luz. Y como en esta oportunidad, se presentan como un cachetazo que pone las cosas en su lugar.

No es normal que un equipo campeón, a punto de repetir el título, con 500 días en lo más alto de la tabla y 42 fechas consecutivas puntero reciba tantos cuestionamientos. Minimizar la situación a un simple tropezón futbolístico es poco serio. El problema es que desde hace algunos años, con diferentes ejemplos y contextos particulares, la forma de perder es siempre la misma. Ya no se percibe la solidez que en otras épocas llenaba de confianza incluso cuando las cosas con la pelota se complicaban.

Es cierto que las ausencias son importantes y seguramente afecten el funcionamiento, pero parece una excusa demasiado endeble para entender el problema de raíz. Nadie puede dudar que Barrios hoy es irremplazable. Tampoco de la diferencia que existe entre Goltz y Vergini, aunque la zaga central nunca se pudo afirmar. Y qué decir de la falta que hacen Gago y Benedetto. Sin embargo, este plantel carece de jerarquía en ciertos puestos clave y reemplazantes que estén a la altura cuando les toca entrar.

Quizá Jara sea un lateral derecho aceptable para la Superliga, pero en varias ocasiones dejó en claro que le cuesta dar el gran salto. Lo mismo ocurre con Magallán o el propio Ábila. El tema del arquero excede el grosero error del segundo gol, porque tiene que ver con la seguridad que le entrega al equipo. Le alcanza para ganar el campeonato, pero un rival más o menos serio desnuda rápidamente sus limitaciones. Y esto apunta a Guillermo y algunas decisiones difíciles de comprender.

Después de un arranque dubitativo, Boca neutralizó a Palmeiras y empezó a controlar la pelota. Le faltó profundidad por la falta de generación: Tevez levantó en relación a partidos anteriores, pero en el segundo tiempo volvió a desaparecer y sigue a un abismo de lo que supo ser. El que se subió a un avión rumbo a China fue uno muy diferente al que regresó. Y la única carta para desequilibrar sigue siendo Pavón, quien esta vez no estuvo tan preciso y tampoco consiguió ponerse el traje de salvador.

Con la derrota se dejó pasar la oportunidad de prácticamente asegurar los dos objetivos que le quedan en el semestre. La Superliga está al alcance de la mano, pero la clasificación en la Copa Libertadores se complicó. Un triunfo de Junior ante Alianza Lima esta noche casi que lo obliga a ganar en Colombia para tener chances. Es momento de pensar con claridad y no tomar decisiones apresuradas. Ya habrá tiempo para analizar. Ahora solo importa llegar con vida al receso por el Mundial.