El delantero de Boca tuvo una actuación aceptable con su asistencia a Lucas Viatri en el primer gol y el tanto fundamental para empatar el partido en Sarandí.

Pablo Mouche fue una de las pocas actuaciones positivas que tuvo el Xeneize en la igualdad ante Arsenal 2 a 2. Es que el heredero de Guillermo fue el encargado de darle aire a un Boca que siempre estuvo en desventaja y, si bien muchas veces se pierde en su propio barullo, su aporte fue importantísimo para rescatar un punto del Viaducto, mantener el invicto y no volverse con las manos vacías.

Después de un arranque de la segunda parte complicado con el tanto de Obolo a poco de empezada la última parte del juego, el desborde del 7 con un centro milimétrico a la cabeza de Lucas Viatri le renovó las esperanzas al equipo de Falcioni y lo metió nuevamente en el partido. Además, el delantero surgido de las inferiores boquenses, fue el autor del centro que Insaurralde terminó mandando al fondo de la red y que fue injustamente anulado. El juez de línea nunca se enteró de que la pelota no salió y de que la comba fue completamente dentro del campo de juego.

Finalmente apareció el mismo Mouche para anotar el gol con el que Boca terminó salvando su honor y rescató un punto ante un equipo que venía de perder en sus últimas dos presentación y que no sumaba de a tres en Sarandí desde la cuarta fecha. Es cierto que todavía le queda mucho por mejorar, pero sin dudas el delantero tuvo la actitud que se necesita para subir en la tabla.