Russo fue campeón de América en 2007, con un plantel plagado de figuras. Repasá más.

La Copa Libertadores 2007 fue un torneo inolvidable para el Mundo Boca. Con un plantel llenó de figuras, como Juan Román Riquelme, Martín Palermo, Rodrigo Palacio, Éver Banega, Sebastián Battaglia, entre otros, el conjunto Xeneize arrasó desde octavos en adelante y logró su sexto título continental.

Miguel Ángel Russo, el padre de esa criatura, recordó aquel título y, en la charla que tuvo con el Sitio Oficial, no ocultó sus sentimientos:

“En Sudamérica, la Copa Libertadores es el galardón más alto a nivel clubes. Boca la jugó muchas veces y sólo tres técnicos la han ganado. Estar en ese podio me gusta mucho, me encanta. Como entrenador fue lo mejor que me pasó en la vida. Más allá de buscar cosas nuevas, esas son las que te marcan el destino. Dios me puso esta camiseta por delante”.

“Es difícil elegir a un jugador, más allá de Riquelme. Palacio y Palermo tuvieron un nivel muy alto. Banega también, Cardozo… En definitiva era el equipo, no me quiero olvidar de ninguno. Los que no eran titulares ayudaban muchísimo, como Battaglia y Guillermo. Tener un buen equipo enriqueció la figura de Román. Buscar las asociaciones entre ellos mismos no es simple, lleva un tiempo. Esa vez lo conseguimos rápido, como ahora”.

En los encuentros definitorios, el Xeneize humilló a Gremio de Porto Alegre, ganándole 3-0 en Argentina y 2-0 en Brasil. Es la máxima goleada global que se registra en una final de Libertadores. Mística pura.