Gustavo, íntimo. | Foto: Clarín.

El nuevo entrenador se refirió a los elogios de Diego y contó una anécdota imperdible. ¡Mirá lo que dijo!

“Es lo máximo que tiene hoy el fútbol argentino para Boca, no hay otro más capacitado y con más sabiduría que él”, aseguró Diego Armando Maradona hace unos días. Así describió a Gustavo Alfaro, flamante DT del Xeneize, al que luego le deseó toda la suerte del mundo.

Ya con la pretemporada iniciada, las increíbles palabras llegaron a los oídos del nuevo entrenador. Y en diálogo con “Clarín”, el Lechuga contó sus sensaciones:

“Me dio un poco de vergüenza, en serio. Es demasiado elogio. Diego es mi ídolo y tengo una debilidad particular con él. Crecí detrás de todo lo que él nos dio y tuvo gestos conmigo que me conmocionaron. En la conferencia de presentación conté que todo me costó mi carrera. Yo soy del interior de verdad, de Rafaela. No es Rosario o Córdoba. Llegar de Rafaela a Buenos Aires es difícil y la verdad es que tampoco tengo un pasado como jugador, porque estuve en el Ascenso y dirijo desde los 31 años. Me hice un camino mientras transitaba. Me crucé en varias oportunidades con Diego y tuvo gestos que me emocionaron y también que me sorprendieron”.

Además, contó varias anécdotas con el “10”:

“En 2007, estando en México para jugar la final con Arsenal en el estadio Azteca, me llamó y me pidió que le transmitiera al plantel un mensaje de apoyo para todos . ‘En ese templo me consagré y cualquier equipo argentino que lo pise va a ser campeón. Decíselo a los jugadores’, me pidió. En los pasillos hay fotos suyas festejando goles y tomás dimensión de todo lo que hizo. Yo lo acepté pero le pedí que viniera al partido de vuelta. Y él estuvo acompañando al equipo en la cancha de Racing cuando fuimos campeones de la Copa Sudamericana. Me crucé con él, me invitó a su cumpleaños y siempre tuvo gestos de demasiado elogio hacia mi persona. Para mí, que soy un gringo de Rafaela, tener el reconocimiento del más grande de la historia del fútbol mundial me hace poner colorado. Me llena de orgullo y es una caricia cálida al alma”.

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