Con gol de Castaño en contra, Boca superó 1-0 a Tigre y estiró la diferencia a cinco puntos sobre su escolta, que es Atlético Rafaela.

Los primeros minutos del partido fueron de imprecisión, sin un dominador  claro de las acciones y más pelotazos que fútbol por abajo, pero en la primera ocasión que tuvo Boca lastimó. Fue una jugada preparada de tiro libre a los 13 minutos, en la que Juan Román Riquelme habilitó a Diego Rivero quien se desprendió por derecha, metió el buscapié y Diego Castaño se la llevó por delante venciendo a su propio arquero, Javier García. De esta manera, con la inteligencia del diez, el Xeneize se puso en ventaja.

El gol le dio tranquilidad al conjunto de Julio César Falcioni, que sin mostrar su rendimiento más alto tuvo el partido dominado a través de su habitual orden táctico y la solidez defensiva, aunque no generó demasiadas chances de aumentar.

Boca se fue al descanso con una merecida ventaja que le permitía seguir cómodo en lo más alto, pero en el segundo tiempo lel cuadro azul y oro eligió retrasarse y cederle más protagonismo a Tigre. Prácticamente no atacó en el primer cuarto de hora y eso le dio vida a los visitantes, que de todas maneras complicaron poco y nada.

Después de los quince minutos del complemento el dueño de casa se dio cuenta que si se animaba podía liquidarlo, pero ni Riquelme ni Pablo Mouche pudieron aprovechar sus ocasiones y la incertidumbre con respecto al resultado seguía latente, más allá de que en el fondo el Xeneize no mostraba ninguna falencia.

Sin demasiadas emociones más se termino el partido, que dejó una superioridad más grande de Boca de lo que marcó el resultado, una vez más, pero que alcanza para estirar la diferencia a cinco unidades sobre su escolta, que ahora es Atlético Rafaela.