El ex DT de la Selección expresó su deseo de dirigir a Boca pero aseguró que antes quiere hablar con Riquelme. “Nunca tuve una charla con él y por eso nunca entendí qué le pasó”, señaló.

Gana en las encuestas y por eso se motiva, Diego Armando Maradona empieza a meter presión para acercarse al banco de suplentes de La Bombonera. En una entrevista con la revista gente aseguró que tiene muchas ganas de dirigir al club de la ribera pero que antes quiere hablar “muchas cosas con varias personas”, uno de ellos es Juan Román Riquelme ¿Llegará a dirigir al xeneize el 10?

El director técnico de la Selección durante la última Copa del Mundo en Sudáfrica aseguró que tiene muchas ganas de estar al mando del plantel boquense: “Me muero por ser el técnico de Boca, pero primero hay muchas cosas que hablar con varias personas”.

En cuanto a su pelea con Riquelme explicó: “Me tengo que juntar con él, hablar y listo. Sería un tarado si no quisiera tener a Román en mi equipo. Pero no quiero presionarlo y que se termine yendo de Boca por mi culpa. Nunca tuve una charla con él y por eso nunca entendí qué le pasó. Me renunció de un momento a otro, nunca supe qué pasó en el medio, ni entendí eso de los códigos de lo que tanto habló”.

En caso de no ser él quien se ponga el buzo azul y oro, el Diego más famoso del país, opinó que quien agarre la dirección técnica xeneize tiene que hacer entender el amor por la camiseta: “El técnico que venga tiene que hacer entender al jugador que hay que matarse por esta camiseta. Pero, lamentablemente, en este equipo muchos sacan la patita”.

También se hizo un momento para liquidar a su principal rival en la carrera por llegar al banco boquense, Julio César Falcioni: “Si vamos a buscar un arquero de técnico es que no aprendimos nada de todo lo malo que nos pasó desde que se fue Macri”.

Pero sus críticas no terminaron ahí ya que también le pegó al máximo dirigente de la AFA, Julio Grondona: “Me vine a Londres a pasar mi cumpleaños porque en mi país me sacaron hasta las ganas de soplar las velitas. Tenía toda la fiesta preparada y un viejo malo vino, entró por la ventana y se llevó los sándwiches, la torta y los regalos”.