El “Pipa” se volvió fundamental en el ataque Xeneize. Foto: Agustín Marcarian.

El 9 de Guillermo devuelve la confianza con goles y logró convertirse en el máximo anotador del líder. Tras la sequía, demostró estar a la altura.

Darío Benedetto llegó a Boca Juniors demostrando tener los colores tatuados en la piel. Aún así, dentro de la cancha, no lograba convertir siendo discutido por el hincha tras el gran nivel demostrado por Walter Bou. A pesar de esto, Guillermo Barros Schelotto le transmitió confianza y su fe dio buenos frutos.

“Cuando me llovían las críticas seguí trabajando humildemente, agradezco el respaldo del cuerpo técnico”, expresó anoche tras la victoria ante Defensa y Justicia gracias al gol que convirtió. Al 9 de Boca no sólo se le abrió el arco sino también se le acrecentó la confianza y el pecho que, al parecer, está lleno de gritos.

Con el del sábado, “Pipa” suma 12 goles en 18 partidos oficiales obteniendo un promedio de gol de 0.67, uno de los más elevados del fútbol argentino. En lo que va del torneo, convirtió 10 tantos siendo el goleador del único líder y logrando ubicarse entre los primeros puestos de la tabla de máximos anotadores.

Más allá de su olfato goleador, Benedetto demostró que puede hacerlo todo: correr, pivotear, luchar cada pelota y salir del área convirtiéndose en opción de pase para sus compañeros oxigenando y mejorando el ataque Xeneize.

Finalmente, tras cumplir con todos los pedidos del entrenador, da argumentos concretos para mantener la titularidad. Si un equipo quiere ser campeón, necesita juego y un delantero decisivo en los últimos metros. Por ahora, Darío, garantiza que los goles no faltan.