Falcioni está a punto de convertirse en el primer DT en un año y medio que completaría un campeonato. Los últimos resultados lo acompañaron y es necesario tener paciencia.

El banco de Boca es una silla eléctrica, porque el Xeneize es un grande y debe pelear todo lo que juega, porque si no lo hace pierde el prestigio muy bien ganado. Pero también es cierto que siempre no se puede ganar, y otra gran verdad es que el fútbol demuestra día a día que siempre perduran los proyectos a largo plazo.

No hace falta saber demasiado para darse cuenta que un equipo no se puede armar de un día para el otro. Para instalar una idea en un plantel es necesario poder trabajar con tranquilidad aunque los resultados no lleguen enseguida.

Julio César Falcioni recibió muchas críticas, tardó en encontrar una base titular y pasó por varios esquemas hasta encontrar una columna vertebral que empezó a darle frutos poco a poco. Antes de la novena fecha alternó más malas que buenas, con cinco derrotas, solo dos triunfos y un par de igualdades. Había convertido solo cinco goles y recibido once. Lo único rescatable que habían tenido los dirigidos por el ex Banfield habían sido los destellos de Juan Román Riquelme y sus implacables tiros libres. Para colmo, Martín Palermo pasaba un pésimo momento en que no se encontraba con la red.

Ahora lleva siete sin perder, se permite soñar con terminar peleando el certamen (está a cinco de la cima) y se acerca a la Sudamericana: solo lo separa una unidad de volver a un torneo internacional tras dos años de ausencia. Comenzó a convertir Palermo y el entrenador encontró una estructura que no necesitó variar demasiado, salvo por alguna lesión o expulsión. Tampoco se puede obviar que llegaron muchos jugadores nuevos que precisan adaptarse y hay casos de futbolistas  que empezaron rindiendo mal y terminaron haciéndose extrañar a la hora de irse (el ejemplo más reciente tal vez sea Jesús Dátolo).

No es casualidad que de los últimos cuatro torneos el mejor haya sido el Apertura 2009, cuando Alfio Basile logró culminar las 19 fechas del certamen. En 2010, ni Alves ni Borghi pudieron llegar al fin de los campeonatos, algo que hoy Falcioni está por conseguir y aunque Boca se armó para otra cosa, no puede dejarse de observar lo anteriormente mencionado.

Los resultados vienen acompañando en los últimos juegos, futbolísticamente aún faltan cosas por ajustar pero pase lo que pase de aquí al final hay que dejar que el entrenador trabaje tranquilo, porque además la institución Xeneize cuenta con dirigentes incapaces de seguir una idea futbolística y si se va un técnico contratan otro de filosofía muy diferente y entonces hay que arrancar de cero nuevamente.

Hoy en día Vélez es el equipo que mejor juega en el fútbol argentino y no es casualidad: independientemente de los resultados inmediatos se apostó a un proceso con un DT y trayendo solo los jugadores imperiosamente necesarios. Ese tipo de proyecto, como siempre ocurre, terminó trayendo los éxitos deportivos, al igual que se dio en Estudiantes y Lanús (hoy por hoy son los tres que mejor promedio tiene).

Por todas estas cosas hay que tener paciencia del lado dirigencial, pero los hinchas también debemos hacer nuestra parte.