El contundente 4 a 0 de Boca sobre Newell’s, en la última fecha del torneo local previo al descanso por la Copa América de Chile, le dio al Xeneize una buena finalización del semestre luego de un mes para el olvido. Boca ganó, goleó y gustó. Fue claramente superior a una “Lepra” destrozada, no sólo futbolísticamente sino en lo organizativo, a la espera de un técnico fijo. Sin embargo, el partido de los dirigidos por Rodolfo Arruabarrena en La Bombonera merece ser destacado como el puntapié para volver a construir el Imperio Xeneize. De aquél equipo que ganaba todo. Que le marcó 5 a River en Mendoza y a Zamora en Venezuela. Aquellos que eran imparables, que tenían el mejor plantel, el más largo y en el que hasta el menos pensado jugaba bien. Esas rachas que marcaban que la temporada del Vasco era una de las mejores de la historia. Puntero, invicto y como el mejor primero de la Libertadores. Boca era una aplanadora que parecía que se iba a cargar con el 2015 en el hombro con sencillez. Sin embargo, la expulsión de la Copa, el mayor anhelo azul y oro, derivó en un bajón anímico importante que alejó al Xeneize de la punta tras tropezar con Aldosivi y Vélez. Parar, reflexionar y volver a empezar. Boca necesitaba vacaciones, un receso que le permita saber dónde está situado y darse cuenta quiénes son. Pero antes tenía una parada obligatoria ante Newell’s. El equipo rosarino que, si bien no está pasando por su mejor momento, es Newells. Siempre complicado y con jugadores de selección, aunque no estarían este domingo. Por su parte, Boca no tenía todo su potencial. Sin Osvaldo por problemas personales, sin Lodeiro ni Gago ni Cubas por representar a su país y sin Monzón ni Peruzzi por lesión. Tuvo que recurrir a la rotación que tan buenos resultados les dio al principio, pero fue cuestionada sobre el final del semestre. E ingresaron Fuenzalida, Rolín, Calleri, Erbes y Bentancur, el pibe al que Arruabarrena le está dando cada vez más minutos para que demuestre su nivel. Ante toda adversidad y con la obligación de levantar en una Bombonera vacía que extrañó el estímulo del hincha, Boca aplastó a Newells por 4-0, con una fenomenal actuación del Cata y de todo el equipo que se unió para cerrar el semestre de la mejor manera. Y con lo importante que era. Terminar a uno del líder San Lorenzo, con una goleada y ahora un descanso. Para saber que, a la vuelta, pese a los jugadores que seguramente se vayan, Boca está arriba. Más vivo que nunca, con la misma efervescencia de al principio, la misma energía. Sabiendo que sólo queda medio año para mantener este nivel y poder coronarse en diciembre. El Xeneize goleó y se llevó los 3 puntos. Pero, en realidad, se llevó más: el envión anímico que demuestra que lo que es el plantel. Y con el estirpe de entender de que Boca nunca dejó de ser Boca.]]>