Así tituló su noche de sábado Martín Palermo, quien junto a sus amigos del fútbol tuvo su último homenaje, en una Bombonera repleta que coreó su nombre y le dijo adiós.

Estadio lleno. Más de 50.000 almas en La Bombonera esperando por la salida del ídolo. Ese que ya dejó el fútbol profesional hace unos meses pero que todavía le cuesta despegarse del deporte que ama. Y salió nomás, en vuelto en papelitos y fuegos artificiales, con la idea de que esa sería su última noche. Su despedida definitiva. Y la vivió a lo grande, con los amigos que su larga carrera le dejó. Fue un partido en el que se enfrentaron “El equipo de Palermo”, en el que participaron sus compañeros en Boca, y “Los amigos de Palermo”, con varios futbolistas que tienen una buena relación con el Titán.

El primer equipo, de camiseta blanca, formó con: Oscar Córdoba; Hugo Ibarra, Jorge Bermúdez, Martín Arruabarrena, José Calvo; Diego Cagna, Mauricio Serna, Gustavo Barros Schelotto, José Basualdo; Guillermo Barros Schelotto y Martín Palermo. El técnico fue Bianchi, junto al profesor Julio Santilla, con una alineación que recordó las primeras conquistas del Virrey en el Xeneize.

Enfrente, de negro, estuvieron en su mayoría compañeros de Estudiantes de Palermo: Carlos Bossio; Néstor Craviotto, Roberto Ayala, Pablo Erbín, Washington Tais; Andrés Guglielmipietro, Rodrigo Braña, Gabriel González, Rubén Capria; Alberto Acosta y el chileno Iván Zamorano. Fue dirigido por el italiano Roberto Baggio y el profesor Carlos Dibos, quien vino en lugar del “Coco” Basile, ausente por problemas de salud. El otro invitado que no pudo estar fue Diego Armando Maradona, a quien Palermo agradeció todo lo hecho por él.

Con un divertido espectáculo, el partido entretuvo a los hinchas que fueron a La Bombonera. El gol del homenajeado se hizo esperar (erró varias y tuvo una en el palo, que luego besó), pero llegó: el grito de todo un estadio del que sería el último tanto de máximo goleador de la historia boquense.

Ya en el segundo tiempo, ingresaron algunos de los actuales jugadores del plantel azul y oro, como Cristian Chávez, Pablo Mouche, Clemente Rodríguez, Juan Insaurralde, Rolando Schiavi y Leandro Somoza. También lo hicieron el “Pato” Abbondanzieri (como delantero, luego de atajar), Juan Krupoviesa, Antonio Barijho, Pablo Migliore (silbado por los fanáticos Xeneizes) y su hijo Ryduan, para el equipo blanco; y Diego Pozzo, Diego Capria, Esteban Fuertes, Ariel Garcé, Gonzalo Gaitán, Leandro Gracián, Alejandro Lembo, Martín Mazzuco, Pablo Quatrocchi, Pedro Uliambre y Del Potro, para el negro.

El encuentro finalizó 3 a 2, luego de que “Los Amigos de Palermo” dieran vuelta el resultado con dos tantos del “Bichi” Fuertes. Empató “Pochi” Chávez y determinó la victoria de los blancos el mismísimo hijo del Titán, quien marcó de penal ante su papá como arquero. Con ese hecho, Héctor Baldassi dio por terminado el cotejo y la ovación al nueve no se hizo esperar.

Luego de una vuelta alrededor del campo, le tocó hablar al agasajado: “esto no es una despedida porque pronto voy a estar acá, ojalá que sentado en ese banco. Si Dios quiere y pueda darme ese lujo de dirigir a este club tan grande”. Y, parafraseando a Gustavo Cerati, expresó: “como diría una persona que quiero mucho, ¡gracias totales!”. Gracias a vos, Titán. Y, ¿hasta pronto?