En esta sección les presentaremos una serie de escritos que reflejan la pasión por Boca Juniors. En esta etrega el comienzo de un récord, vigente en el profesionalismo, hace 21 años.

En la noche del 05 de mayo de 1998, se iniciaba el camino de los 40 partidos invictos. Ese récord imposible, ese número que sólo aparecía en sueños, en los deseos de robarle el honor al Racing de José, con sus 39 partidos sin perder. Y el reinado, debía empezar en un palacio…

El comienzo del Huracán

El comienzo del año 1998 había traído esperanzas renovadas. Luego de un torneo que se había escapado por un solo punto, y con la llegada de Mauricio “Chicho” Serna, Cardoso y Castillo que venían de Europa, la ilusión se volvía a encender.

Pero diferente a todo lo esperado, sólo hubo una sola alegría (un 3 a 2 vs River), dándolo vuelta y con un penal fallado por Salas en nuestra casa. Luego de eso, partidos perdidos increíblemente habían llevado que el último torneo de Latorre, Caniggia, Fabbri, Solano y Pineda, fuese también el del Veira. El “Bambino” se iría luego de la fecha 13, tras perder de visitante con Ferro, por 4 a 1.

Quien tuvo que agarrar en ese momento fue un histórico jugador, que estaba dirigiendo la Reserva: Carlos María García Cambón.

Carlos María, había saltado a la fama en su primer partido contra River, que fue justamente su debut en la Primera de Boca. ¿Cómo lo hizo? Metiendo 4 goles en su primer partido. La gloria pura…

Pero su debut como técnico fue todo lo contrario: La noche del 2 de mayo de 1998 fue derrota 2-3 con Deportivo Español en la Bombonera. Pero sin querer, desde el siguiente partido sería pieza de un orgullo increíble en nuestra historia, que dura hasta el día de hoy.

Con un interinato que duró sólo 6 partidos, y que no comenzó de la mejor manera lo que cotinuó fueron 4 victorias y 1 empate. Estos cinco partidos fueron el puntapié inicial de la histórica racha de 40 partidos invicto. Huracan (4-2), Gimnasia (3-1), Racing (2-0) y Gimnasia y Tiro de Salta (4-0). Su paso terminó en un 1-1 ante Unión en Santa Fe el 6 de junio de 1998, pero hoy nos interesa el primer partido de esos cinco…

El palacio donde todo empezó

La noche del martes 5 de mayo, el fresco reinaba en la ciudad de Buenos Aires. Así lo demostraban las mangas largas que los jugadores habian decidido usar en el partido. Córdoba; Solano, Bermúdez, Fabbri y Arruabarena; Navas, Rosada y Cagna; Cardoso; Caniggia y Palermo, fueron los 11 que paró de entrada García Cambón.

A los 26 minutos del primer tiempo nada hacía pensar lo que vendría. Ni los 40 partidos, ni la figura de Oscar Córdoba que se iba a agigantar en nuestra historia. Pasa que un pase atrás de Fabbri, que no podía llevar ningún peligro se convirtió en un arma letal, cuando Oscar piso la pelota y se le fue para atrás. Un blooper que terminó con Hugo Romeo Guerra, marcando el primer gol y dejando en ridículo al colombiano, que pedía perdón.

Pero 10 minutos más tarde, el salvador cumplía con su rol. Luego de un centro de Navas tan raro, como efectivo. La pelota sobró aal defensor y un Palermo platinado la cabeceaba debajo del travesaño. El primer gol del invicto, lo marcó Martín. Quién otro sino…

Tres minutos después, quien metió la cabeza tras un centro/tiro al arco de Rosada, fue Néstor Fabbri -quien fue el capitán esa noche- para dar tranquilidad. En solitario y por encima del arquero metió la cabeza. 2 a 1 y parecía que se encaminaba el triunfo. Pero cumpliendo una máxima en aquellos tiempos, ninguna alegría parecía ser prolongada, menos cuando el “Rolfi” Montenegro, con un remate desde afuera del área empataba, cuando faltaban tan solo tres minutos.

Hubo que esperar hasta los 35′ del segundo tiempo, para que el marcador se rompiera para nuestro lado. Y fue nuevamente el goleador de esa noche, que puso a Boca en ventaja. No, no fue Palermo, sino la “Tota” Fabbri. Luego de un centro bombeado de Cagna, apareció como si fuera un delantero para cabecear nuevamente y -para repetir- por encima del arquero. El mismo jugador que decía que había que jugar por la trayectoria de cada uno, más allá de que no se sabía quien se quedaba en el equipo. 3 a 2 y ya el invicto empezaba su marcha…

Sólo unos segundos después, el 4 a 2 definitivo lo marcaría César La Paglia (con el 22 en la espalda), quien había entrado unos minutos antes por Cardoso, cuando un defensor de ellos cerró mal y dejó la pelota en la puerta del área. El grito de García Cambón era un desahogo, mientras que el jugador parecía no haberse dado por enterado.

A decir verdad nadie esa noche se había enterado ni se hubiese imaginado que comenzaba la racha de partidos invictos más importante de la historia del fútbol argentino.

Nadie pensaba que se irían los malos tiempos y que a pocos partidos empezaría nuestra era dorada, cuando pitó Lamolina. Nadie imaginaba que en el “Palacio” Ducó comenzaría nuestro reinado, por más de 12 meses. Nadie pensó que esa noche fría resurgía el fuego sagrado.

Nadie sabía que luego de ese torneo, llegaría Carlos Bianchi. El resto lo conocemos. Pero uno de uestros orgullos, empezó un día como hoy, en una noche en Parque de los Patricios hace 21 años.