Mayo fue muy negativo para Boca, todo lo obtenido hasta el momento se fue por la borda. Ahora el Xeneize deberá cerrar este semestre de la mejor manera. 3 de mayo del 2015. Boca era puntero, el mejor primero de la Copa y estaba invicto. Comenzaba la trilogía de superclásicos y la ansiedad por esperar el mes más anhelado ya era una realidad. River llegaba a La Bombonera para batirse a duelo con su máximo rival en lo más alto de la tabla de posiciones del torneo local. Partido difícil, pero con la balanza muy inclinada para el local. Aunque la pelota no quería entrar. La pizarra del Vasco se corrigió y, con sus cambios, Boca se quedó con el partido por 2-0 en los últimos minutos, con goles de Pavón y Pérez, dándole una alegría al pueblo Xeneize y estableciendo un climax de fiesta y superioridad. Llegaba al choque copero de ida con todas las ventajas; anímicas y futbolísticas. Sin embargo, el mal arbitraje de Delfino y la negligencia de Marín que le dio la chance de que Sánchez marque de penal, le daba el 0-1 a favor de los de Núñez. Boca no había podido ser superior en el Monumental, y, encima, en el medio tenía un clásico frente a Independiente, donde el Vasco colocó en cancha un equipo “alternativo”, aunque muchos eran de primer nivel: terminó con empate 1-1, que pudo ser victoria para el Xeneize si Meli convertía su mano a mano sobre la hora. El 14 de ese mes, justo en el Día del futbolista, la desgracia de Emanuel Ortega suspendía la fecha del fin de semana, pero la vuelta por Libertadores se jugaría igual. En un primer tiempo en el que Boca tuvo mayor posesión que River, los dirigidos por Gallardo fueron inteligentes para defender y presionar, evitando llegadas del local. Lo peculiar del partido de fútbol ocurrió en el entretiempo, cuando no se jugaba al fútbol; la agresión con el gas pimienta de un hincha a los jugadores rivales marcaron uno de los papelones más grandes, pero, además, terminó dejando a Boca fuera de la Libertadores y con el público suspendido por 8 fechas (cuatro de local y cuatro de visitante) para copas internacionales. El siguiente fin de semana, volvería a La Bombonera, pero esta vez con la cancha vacía y frente a un rival, a priori, menor. Perdió 3-0 contra un club de Mar del Plata que sólo contaba con dos partidos en el historial. ¿Boca? Afuera de la copa que lo tuvo como el mejor primero, sin el invicto y compartiendo punta junto a San Lorenzo. Tenía la chance de levantar por Copa Argentina, frente al modesto equipo de Huracán Las Heras, del Federal B, conjunto que hace tres meses no jugaba un partido oficial. Sin embargo, y sin que el plantel subestime al rival, el Xeneize batalló hasta al final, pero la pelota no quería entrar. En un dejá-vù de lo que fue el primer encuentro del mes, los dos goles recién llegaron sobre el cierre. Boca avanzaba a la siguiente fase, con un ajustado 2-0. El mes no terminaba aún. En el último día de mayo, el Xeneize visitaba Liniers para chocar con Vélez, que venía de ganarle a Banfield, pero que es sorpresa por su mala actuación en el torneo de 30 equipos. Sin embargo, pese a todos los pronósticos, el local se quedó con los 3 puntos, que relegaba a Boca de la punta. El mes que empezó con victoria y fiesta para el pueblo boquense terminaba teñido de gris. Una dolorosa y triste eliminación por la copa que caracteriza al club y por el que la dirigencia invirtió millones de dólares para ganarla y convertirse, junto a Independiente, como el más ganador, con 7 ediciones. La extrafutbolística derrota en Libertadores producía una choque gigante en el factor anímico del plantel, que no se pudo sobreponer al bajón y también perdió la cima del campeonato local. Boca empezó el mes como puntero, invicto y el mejor de la Copa, pero terminó sin la punta, sin el invicto y afuera de la Copa. Mayo no fue un mes más, fueron 31 días para el olvido.]]>