El DT recordó cómo fue el manejo del plantel durante su paso por el club.


El 2019 había comenzado con la llegada de un nuevo entrenador y tras su etapa por Huracán, se dio el arribo de Gustavo Alfaro. El ciclo del entrenador contó con un solo título y algunas campañas destacadas, en un ciclo que duró apenas un año ya que su contrato no fue renovado.

Después de esta experiencia en el Xeneize, a “Lechuga” le llegó una propuesta a nivel internacional y asumió el cargo de DT en la selección de Ecuador. Con una gran actualidad en el “Tri” en las Eliminatorias, el estratega habló con TyC Sports y recordó al club de la Ribera.

Al momento de analizar su rendimiento en el conjunto azul y oro, argumentó:

“El año que tuve en Boca fue fantástico. Cuando escucho que dicen que padecí el clima digo que en ningún lugar pude trabajar tan fácil como en Boca. La predisposición de los jugadores fue fantástica. Me saco el sombrero con el plantel. Me tocó asumir en el momento más duro y crítico del club, venían de un golpe muy fuerte”.

Su contratación se produjo luego de la partida de Guillermo Barros Schelotto y la derrota en la final de la Copa Libertadores. En relación a esto, comentó:

“A mí se me fueron 12 jugadores: Rossi, Jara, Balerdi, Magallán, Olaza, Nández, Pérez, Gago, Cardona, Barrios, Pavón y Benedetto. Se te van jugadores de los más importantes y tenés que armar un equipo rápidamente para ser competitivo. Sé el vestuario que me tocó agarrar y el que dejé, cruzado por la política que, según entiendo, fue más allá de una política deportiva”.

Luego, añadió:

“Me tocó atravesar el momento más duro y una transición difícil en un club como Boca en el que no existen las transiciones. Estoy convencido de que ayudamos a que Boca esté de pie cuando nos fuimos. Eso no es quitarle mérito al plantel ni a Miguel Russo. El punto en el que Boca quedó era de pie y convencido de que estaba para ganar”.

Además de su punto de vista sobre aquel 2019, también se refirió a algunos futbolistas en particular como Carlos Tevez:

“Carlos venía con poca continuidad cuando empecé, pero arrancó jugando varios partidos conmigo. Recuerdo la primera charla que tuvimos, en la que le dije que tenía un montón de cosas para darle a Boca y a él mismo. Que no tenía necesidad de demostrarle nada a nadie porque estaba en un plano de ídolo al que pocos pueden llegar. Sigo pensando lo mismo, Carlos fue nuestra bandera, más allá de los aportes que tuvo”.