El entrenador del Xeneize se refirió al cargo que le toca ocupar y volvió a destacar que le cuesta disfrutarlo. Repasá las declaraciones.


Gustavo Alfaro continúa adaptándose al mundo Boca. Y si bien logró resultados, mientras busca al equipo ideal, el ambiente que rodea al club de la Ribera es pasional y muy exigente.

En diálogo con Max TV Online, medio de Ecuador, contó las modificaciones que debió hacer en su rutina y cómo equilibrarla con lo que le demanda el Xeneize:

“No me cambió la vida pero obviamente cada cosa que uno diga o haga, toma una repercusión distinta por el cargo que uno desempeña. Yo sigo siendo la misma persona, sigo viviendo en el mismo lugar, sigo casado con la misma mujer y tengo los mismos amigos. Lo que es importante es el cargo que me toca desempeñar. Me coloca en una situación muy expectante. Por eso uno tiene que ser cuidadoso y medido. Sacando al presidente de la Nación, los entrenadores de Boca y River son las personas de las que más se habla. Boca tiene esa particularidad de trascender las fronteras. Es una institución que, en cualquier lugar del mundo al que uno vaya, siempre hay hinchas. Ya sea por la pasión que despierta, por lo que es su cancha o las vivencias propias. Y no necesariamente son argentinos. Eso nos pone en un lugar distinto y también nos coloca a veces a la defensiva porque cualquier cosa que uno diga, no sabés el alcance que puede tener. La vida privada deja de ser privada. En la vida cotidiana me pasa que, cuando salgo a la calle y me cruzo con la gente, permanentemente hablo con ellos y me saco fotos. A veces nos confundimos, nosotros no somos los importantes. Lo importante es el cargo que uno desempeña. Algún día esto va a terminar y uno va a seguir su vida de la misma manera. Lo vivo con una intensidad frenética muy grande. Boca es lo mismo que vivís siendo entrenador de la Selección Argentina, nada más que lo hacés todos los días. Los cuestionamientos que se hacen, las cosas que se dicen, el club es generador de noticias constantemente. Hay muchas cosas que se hablan que no son ciertas, por eso uno tiene que estar al margen. Es el punto de equilibrio que una persona que ejerza este cargo debe tener porque sino puede correr el riesgo de que uno caiga preso de la vanidad. No hay que llenarse de soberbia y perder la esencia, lo que uno siempre fue. Eso lleva a una confusión de estados. Estar al margen de estas circunstancias es tan necesario como imprescindible para mantener el equilibrio justo en las decisiones y responsabilidad que uno debe asumir para que en definitiva, este mundo avasallante que es Boca Juniors, no te termine llevando puesto por delante”.

Por último, valoró el lugar que ocupa y expresó:

Disfruto esto en la justa medida. Trato de no dejar de hacer las cosas que me generan placer. De ir a una obra de teatro, al cine, ver ópera, ir a un recital, ir a comer con mis amigos… pero uno sabe que, en cualquier lugar donde está, tiene que tener mucho cuidado. La gente te está filmando, sacando fotos. Eso no me pone mal, por eso es fútbol y es tan apasionante. Sino, esto sería ajedrez. Es el movimiento de las pasiones populares. Estas situaciones hacen que me tenga que preservar. A veces cuesta disfrutar porque las obligaciones y necesidades son muchas y el nivel de exigencia es muy alto. Estas cosas las disfrutás a la distancia, pasa un tiempo y ves para atrás el camino recorrido. No quiere decir que uno no ejerza las cosas con pasión o toda esa generosidad que este cargo me ha llevado a tener. Yo soy un privilegiado, trabajo de lo que quiero. Mucha gente trabaja de lo que puede. Por eso le digo a mis jugadores que cada vez que les pidan una foto o un autógrafo, digan ‘gracias’ porque todas esas personas darían lo que no tuvieran al alcance de su mano para estar en el lugar de ellos. Eso hay que entenderlo y vivirlo de esa manera”.

La entrevista completa: