En esta sección les presentaremos una serie de escritos que reflejan la pasión por Boca Juniors. En esta entrega, el Xeneize y su gente. Con lo que se vivió esta semana entre hinchas, socios y autoridades, volvió el recuerdo de lo sucedido un mes atrás. 1 – Del 10 al 14 de octubre en Embalse, Provincia de Córdoba se llevó a cabo el XII Encuentro Nacional de Estudiantes de Comunicación y el IV a nivel latinoamericano. Miles de realidades y miradas sobre la profesión, en medio de debates y fiesta. Es raro estar en un Encuentro un domingo por la tarde. El sol y la tranquilidad del lugar, no ayudan para que el cuerpo se active. Pero hay algo, que no todos entienden, que va más allá. Algo que nos hace distintos y logra que nos reconozcamos en el otro. Eso es una de las mejores cosas que tiene el hincha de Boca. Es raro ver un partido de Boquita en un Encuentro. Y más cuando un día antes, hinchas de equipos de Córdoba y Santa Fe, no entendieron nada, y se agredieron verbalmente. El resultado ir al único hotel, del complejo que podía pasar el partido. Mauro, el único canalla, era el blanco de cargadas, hasta que el gol rosarino llegó. Ahí no solamente la preocupación por el juego. Sino por los fantasmas que rondaban lo que había pasado hace dos años en el mismo lugar
. Un cartel que alertaba un posible corte por falta de pago, del cable, hacía que mirara de reojo a una moza, que hacía lo mismo con nosotros cuando empezábamos a levantar temperatura. Si es extraño un contexto así, para un partido, ni hablar cuando una mujer de más de 70 años, llegó con su bolso de Central. Y ahí una comitiva de jubilados, que llegaban para ver el partido. Así que había que cuidarse doblemente, por lo que se podía decir. El primer gol, trajo un poco de tranquilidad, sumada a la camiseta dorada con la que se había visto el mismo resultado en 2008. Años de necesarias levantadas, debían ser vividos de la misma manera, en cuanto a vestimenta. El segundo gol, fue una mínima explosión en un hotel, en donde el ruido no existe, y el paisaje entra por todos lados. Se impone, es una manera linda de sentirse atropellado ante tanta naturaleza. El exabrupto al aire, y el reto de la moza, que ya me había marcado hicieron que recordáramos que había gente mayor. El recuerdo de la abuela, y el “no seas tan fanático” resonaba, cuando la señora del termo centralista comentaba: “Me parece que los chicos son de Boca”.   2- Un Encuentro de tales características, te deja muchas enseñanzas. Muchas experiencias compartidas y las ganas de cambiar, el presente de la Comunicación y el Periodismo, sabiéndonos actores principales de esos cambios. Las luchas contra los que manejan todo, el poder de siempre, desde abajo. Bien de abajo. Ya habían pasado las charlas de Periodismo Deportivo, con Pablo Llonto a la cabeza, contra la “tinellización del deporte” –o en otras palabras, defender la cultura en el deporte-, y un taller donde se veía un proyecto audiovisual que lleva el nombre de “El ritmo que lleva el Pueblo”, cuando entendí porque no era tan insólito dejarme llevar por el impulso de ver a Boca. De olvidarme de todo, durante 90 minutos. Justamente por todo lo vivido y lo charlado. Por la alegría y la rebeldía de quienes buscan su momento. De ellos que siempre están ayudando al otro. De los que saben que comunicar es servir a la sociedad. De que el ritmo que lleva el pueblo, debe tener más prensa. Más cámara y conocimiento. Que los barrios de Córdoba, Buenos Aires o donde sea, no solo deben aparecer en informaciones manejadas, y en la sección de policiales. Que hay historias, identidades, anécdotas de antaño. Personajes lindos, y locos. Que hay vida. Que es la esencia de nosotros, y que todos deben hacerse escuchar. El domingo por la noche, una banda que desde la música revoluciona, como La Pata de la Tuerta,
nos hacía entender que nadie es más que nadie. Ellos empiezan y terminan el show entre el público. Con el otro. Mirando a los ojos. Le hacen frente al poder con la música, con la felicidad, con el ritmo del pueblo. Entonces ahí entendí todo. Lo que nos hace diferentes y por lo que tenemos que pelear. Por defender nuestro Barrio. La Boca es ese lugar donde el pueblo respira y la Bombonera es el lugar en el que no dejan entrar a la mayoría. Bajar al pueblo, salir a la sociedad es lo que debe hacer un Club, y lo que falta en Boca. Para que podamos mirarnos y reconocernos en el otro. En un gol o en el aliento. Para abrazarnos y que todos seamos uno. Porque Ahora es Cuando se ve el estirpe. Porque la revolución para que Boca sea de los socios, es ya. Porque los jugadores deben saber qué defienden, pero dentro de la cancha y no fuera. Afuera estamos nosotros. Bancando siempre y cada vez más. Queriendo ser lo que fuimos siempre y volver a bailar, en las calles, en Caminito, en cada lugar donde flamee la bandera de Boca, con el ritmo que lleva el pueblo.]]>